Imagen: “Es inadmisible que los arrendatarios se sacrifiquen para sustentar un costo habitacional altísimo”. coletivo Aluguel em Crise [Arriendo en Crisis].
Renato Abramowicz Santos*

A lo largo del “Seminario Internacional Vivienda en Arriendo en América Latina: Estado, finanzas y mercados populares”, tuvimos diversas presentaciones, a partir de diferentes realidades y países de origen, abordando la cuestión del arriendo, sea formal, o con sus arreglos informales. El tema fue profundizado también en sus efectos perversos -agravados por la pandemia, constituyendo una verdadera “crisis de los arriendos” como mostraron los trabajos de la Mesa 11. También fue abordado en el Seminario las nuevas dimensiones políticas: los movimientos sociales ya consolidados o en nuevas formas de organización y movilización en torno del tema, aún en un estado inicial. 


En el caso de Brasil, pudimos oír, en la
Mesa 13, a partir del relato de Giulia Pereira Patitucci y Juliana Veshagem Quarenta, experiencias que involucran a la población en situación de calle y sus reivindicaciones políticas, históricas, pero que también fueron fortalecidas durante el estallido de la pandemia en Brasil, considerando que fue una de las poblaciones más desamparadas en relación a las políticas públicas de prevención y cuidado, a pesar de la formulación y reivindicación de políticas y acciones alternativas y posibles

Aún en Brasil, también en la Mesa 13 tuvimos la oportunidad de dialogar con un movimiento político nuevo, organizado alrededor del problema del costo del arriendo en un momento de intensificación de la crisis económica, desempleo y caída de los  ingresos, situación agravada por la emergencia pandémica: la construcción del colectivo Aluguel em Crise [Arriendo en Crisis], cuya apuesta política se realiza en la organización y representación de los arrendatarios contra los desalojos individuales, en este primer momento sobre todo en la ciudad de São Paulo. Si, por un lado, el enfrentamiento del costo del arriendo, sea formal o informal, es la pauta central y antigua en la movilización de los tradicionales movimientos de vivienda de la ciudad – inclusive, la relación entre el precio de los arriendos y los movimientos por la vivienda y ocupaciones, fue traído por Marília Bello en la Mesa 11 – por otro lado, nuevos actores, nuevas pautas, nuevos repertorios de prácticas y luchas parecen estar siendo planteadas y gestionadas en el esfuerzo de sumar y articular con las historias y movimientos que los preceden. Esta articulación también aparece en el seminario con personas en situación aún de mucha fragilidad y vulnerabilidad para conseguir organizarse, como notamos en algunos de los casos, por ejemplo de migrantes, sobre todo fuera de cualquier red protectora, de acogimiento y/o de organización política – como fue expuesto en la Mesa 11 por Bianca Apoliario Faria. 

Aún en la mesa 13, fue posible conocer relatos y realidades de otros países de América Latina sobre activismos e intermediaciones que se construyen, por ejemplo, a partir de una agenda y movilizaciones pautadas por el género. Este es el caso de los análisis en torno al acceso al arriendo en la ciudad de Córdoba (Argentina) según la perspectiva de género o en las formas de integración – y segregación – urbana promovidas por el Estado chileno y sus efectos, sobre todo para las mujeres.

El papel del Estado acostumbra a ser central y estructurante de las líneas de análisis y de la investigación sobre lo urbano, conduciendo las lecturas tanto en relación a la dimensión de formulación cuanto a la reivindicación de políticas públicas. Este es el caso, por ejemplo, de la experiencia de los casos de arriendo protegido en Chile, presentado por Loreto Wahr, Tomás Lagos, Cristina Carrió e Ignacio Silva en la Mesa 12. También en los impactos y enfrentamientos que se producen contra las instancias, agentes, normativas y órdenes estatales, tema discutido a lo largo de la Mesa 6 sobre desahucios y remociones. 

En relación a esa centralidad del Estado en los análisis sobre lo urbano, observamos una cierta inflexión y desplazamiento del consenso y de las convergencias de las ciudades latinoamericanas presentadas hasta entonces al asistir el relato de Rigel Santos sobre la experiencia de “Dos décadas de lucha inquilina en Venezuela”, en la Mesa 13. Aquí, la movilización y la reivindicación de los movimientos sociales encontraron más abertura, espacio de diálogo y de resonancia para la construcción e implementación de políticas habitacionales, transformando el carácter y dimensión de los activismos y de los movimientos venezolanos y, también, produciendo otros enfrentamientos y desafíos. Otra posibilidad de producción autónoma relacionada al arriendo fue descrita por José Tomás Lisboa, en la Mesa 12, que habló sobre la experiencia de las Community Land Trusts, aún con poca tradición en América Latina.

El tema de las resistencias y activismos en torno al arriendo parece aún una temática nueva en América Latina. Sin embargo, la oportunidad de intercambios de experiencias, la retomada de una historia obviada y opacada por las políticas y reivindicaciones de la casa propia, aparecieron en este encuentro como agenda de investigación – y de acción política en plena ascensión. 

*Doctorando en la FFLCH-USP e investigador en el LabCidade.